martes, 16 de noviembre de 2010

La reencarnación de las heridas


Por Miguel Angel Pichardo Reyes

Quizás el tema que abordemos en esta ocasión articule dos perspectivas psicoterapéuticas que podrían mantenerse ajenas unas a otras, me refiero a la psicoterapia corporal y a la terapia sistémica familiar. La reencarnación de las heridas es un tema que busca conceptualizar un hecho que es posible observar en la clínica: la transmisión transgeneracional de las heridas familiares se encarnan en los cuerpos. La reencarnación es la posibilidad de que un elemento, en este caso, un contenido psíquico inconsciente tome forma en un cuerpo de una generación posterior, esto es, de la descendencia. Bien se puede realizar el ejercicio inverso; identificar la constitución y la postura corporal en el presente, para deducir las heridas transmitidas por los antepasados. Quizás esto lo podamos ver de forma más clara con las enfermedades.


En mi trabajo clínico y psicoterapéutico he observado como ciertas enfermedades se transmiten de generación en generación. Hasta ahí nada nuevo que la genética no nos pueda explicar. Sin embargo resulta interesante correlacionar las enfermedades con las heridas, y es aquí donde la psicosomática y la psicogenealogía se dan la mano, pues la enfermedad cumple un papel emocional en la forma como se afrontan esas espinosas heridas. Por ejemplo, la relación entre la diabetes y el abandono, y estas a su vez con las estructuras orales y las posturas colapsadas y densas. El análisis del carácter y la psicosomática también permiten un trabajo familiar transgeneracional.

Las heridas reencarnan a través de las enfermedades por vía vincular inconsciente, pues cumplen una labor dentro de la economía pulsional del sistema familiar. No es extraño encontrar familias donde la diabetes, el abuso sexual y el abandono se constituyan como un patrón que atraviesa generación tras generación, encontrando como la diabetes resulta en una forma de afrontamiento de este abandono y del abuso sexual. Es así como en mi práctica clínica he llegado a encontrarme con familias marcadas por el abuso sexual, la violación, el alcoholismo, la diabetes y el abandono. Esto no deja de ser sorprendente hasta para el propio clínico, y sin lugar a dudas sigue siendo un enigma a investigar.

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