miércoles, 21 de marzo de 2012

La organización biofísica del carácter



La organización biofísica del carácter
Por Miguel Angel Pichardo Reyes

El carácter es una determinada organización de defensas psíquicas y neuromusculares que necesita el organismo para sobrevivir y adaptarse, suponiendo una cierta economía sexual o bioenergética, administrando el empleo de energía en la elección de objeto, en la dirección y fuerza de la pulsión, así como en el gasto de energía en el sostenimiento de las defensas.

El carácter es la normalización de los patrones de alteración bioenergética, ya que dicha normalización es un punto de equilibrio dentro del desequilibrio forzado por la adaptación del organismo a la realidad. El mayor o menor desequilibrio generará distintos niveles de adaptación, de respuesta, de contacto con la realidad, de seguridad, de sensación de pertenencia e identidad, así como de la aparición de enfermedades o malestares emocionales y corporales.

Ahora bien, para Reich las defensas psíquicas son defensas caracterológicas, esto es, no son defensas espontaneas o novedosas que aparecen como respuesta a una realidad específica, sino que estas defensas pertenecen a un sistema caracterial arcaico que se despliega a través de las actitudes corporales, el movimiento, la respiración, etc., por lo que toda defensa psíquica será una defensa caracterial. Toda defensa caracterial esta formada o sostenida por un basamento material que denominamos defensa muscular o coraza muscular. Los patrones de respuesta de alarma neuromusculares tienen una representación psíquica, en este caso, los conflictos psíquicos que despliegan las defensas caracteriales.

Tempranamente Wilhelm Reich realizo una descripción clínica de los cuadros mórbidos de las organizaciones biofísicas, proponiendo una tipología caracteromuscular. Se trata de prototipos caracteriales que pueden ser objetivados por sus rasgos, estructura y dinámica, tanto psíquica como somática, manifestaciones de la energía organísmica. Reich describirá las siguientes organizaciones caracteriales: compulsivo, masoquista, fálico narcisista, histérico y pasivo femenino. Sobre estas organizaciones caracteriales reichianas, a la postre se sumarán otras desde las perspectivas postreichianas y neoreichianas, así como desde otras perspectivas no-reichianas (p.e. las aportaciones de Millon, o las aportaciones desde la psicodinámica y el psicoanálisis vincular, entre otras).

Estas organizaciones biofísicas son modos históricos y biográficos de fijación de la energía organísmica. La fijación neuromuscular se realiza en determinados periodos biográficos del desarrollo como respuesta a las condicionantes sociohistóricas. Aquí hablamos de un cierto modo de producción ideológica de la subjetividad, en este caso, de la organización caracteromuscular a través de la fijación estática de la energía organísmica. Por esta razón los rasgos de carácter no son naturales ni intrapsíquicos, sino de origen y naturaleza histórica, aunque estos se inscriban en un organismo biológico en el dominio somático y en dominio psíquico.

La evaluación clínica del analista reichiano, en comparación con otras aproximaciones clínicas, se caracteriza por formular una hipótesis fundamentada en la observación, la escucha y el tacto, sobre la estructura organizativa del carácter. En la formulación de dicha hipótesis planteara los rasgos dominantes y secundarios del carácter, describiendo la organización de la coraza caracteromuscular. Aquí cabe diferenciar entre carácter y coraza caracteromuscular, pues una y otra no son lo mismo, aunque se encuentren relacionados. El carácter no se reduce a la coraza, más bien la coraza caracteromuscular es un aspecto o dimensión del complejo caracterial, y podríamos aventurar que la coraza caracteromuscular es el núcleo organísmico de las defensas caracteriales. En este sentido el carácter es un complejo que abarca mas aspectos, los cuales son evaluados y registrados por el analista reichiano, inspeccionando otros aspectos relativos a la cognición, el comportamiento, las fantasías, la afectividad, los síntomas somáticos, el examen mental, los síntomas clínicos, la historia y la biografía.

La determinación de la estructura organizacional del carácter del paciente, permitirá formular un diagnóstico, un pronóstico, determinar el tipo de encuadre y realizar un plan de tratamiento de acuerdo a los datos clínicos relevantes, esto permitirá plantear una estrategia terapéutica siguiendo las coordenadas clínicas trazadas previamente. Esto no excluye el ajuste del tratamiento de acuerdo al material que se va revelando durante el tratamiento, de esta forma el programa de tratamiento funciona como un circuito de retroalimentación circular, y no como un programa unidireccional y lineal.

Debido a que la organización segmentaria de la coraza caracterial es el núcleo la estructura del carácter, ésta a su vez determinara la estrategia de tratamiento, incluyendo los objetivos, los procedimientos técnicos, la temporalidad, y en general, el cuadre terapéutico más adecuado. El tratamiento variará de acuerdo al tipo de organización caracterial, siendo distinta la estrategia terapéutica para el desbloqueo de la coraza de una organización compulsiva que la de una histérica, o el de una masoquista que la de una fálico narcisista.

Aquí entra una práctica habitual dentro de las psicoterapias corporales: la lectura corporal. Distinto a leer los síntomas o los malestares, o suponer un significado simbólico para cada parte del cuerpo de acuerdo a un mapa predeterminado, la lectura corporal bioenergética lee y descodifica patrones, sistemas musculares funcionalmente organizados. En sí lo que lee un analista reichiano en el cuerpo es la organización segmentaria de la coraza, trazando un espectro mucho mas amplio que una zona, síntoma o músculo aislado. Por eso la lectura del cuerpo dentro de la orgonterapia-vegetoterapia caracteroanalitica no se hace desde diccionarios interpretativos de los síntomas o enfermedades, ni de los posibles significados simbólicos de cada parte del cuerpo, pues esto supone una metafísica, desconociendo las particularidades del modo de producción ideológica, así como las variables estructurales de cada cultura o sociedad. Aquí podría seguirse el método interpretativo freudiano de la interpretación o análisis de los sueños, no como símbolos, sino como producción del inconsciente durante su análisis.

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