sábado, 15 de diciembre de 2012

Mística de ojos abiertos: conciencia cósmica y lucha social



Mística de ojos abiertos:
conciencia cósmica y lucha social

Por Miguel Angel Pichardo Reyes*

La urdimbre del cambio energético planetario profetizado ha despertado una ola de prácticas que aseguran el tan esperado cambio cósmico. Muchas de estas prácticas suponen acciones sumamente valiosa, el rescate de tradiciones a puntos de la extinción, organizaciones de redes de meditación, abundancia de talleres de sanación y transformación interior. Muchas personas van abandonando el campo de las religiones institucionales para refugiarse en el amplio mundo de la ecoespiritualidad, de la sabiduría sagrada, de la iluminación directa, de los propios sacramentos colectivos y cotidianos.

Sin embargo muchos de los y las líderes o exponentes más reconocidos apelan a una espiritualidad comprometida con las causas ecológicas, con la construcción de la democracia, la paz y la noviolencia, muchos de ellos de hecho son activistas en contra de la tortura, a favor de los derechos humanos. Los y las místicas de hoy se internan en grupos y organizaciones sociales, luchan codo a codo con personas de izquierda, con anarquistas, con altermundistas, con libres pensadores. Son los místicos de ojos abiertos, quienes no conforme con el discurso del cambio planetario se ensucian las manos y los pies en comunidades indígenas, exponen su seguridad en suburbios marginados, aterrizan su espiritualidad en el otro concreto de carne y hueso, viviendo la compasión no en una habitación aislada, sino en aquellos lugares donde se debate la vida y la muerte, la justicia y la injusticia.

Los místicos de la Nueva Era, de la Era de Acuario, quienes profetizan un cambio cósmico, un cambio de conciencia, no esperan sentados, orando y meditando el susodicho cambio, son conscientes de que dicha acción por si sola no sucumbe un sistema político o una estructura social jerarquica, y que es necesaria la acción directa por medios noviolentos, lo cual supone organizarse, salir a las calles, involucrarse.

El yogui, la danzaterapeuta, el acupunturista, la biomagnetista, el budista urbano, la activista tantra, el orgonterapeuta, la canalizada, el neochaman, la dietoterapeuta, el vegetariano, etc., no son agentes aislados en sus esotéricas prácticas individualistas, sino que llevan la kabalah, el yoga, la kundalini, la danza sufí, a ramtha, a la luz violeta de Saint Germain al compromiso por un cambio material, a la lucha por la justicia, a la transformación de prácticas cotidianas en las relaciones de género.

Los y las falsas profetas, siempre habrá y siempre abundaran. Abonan a la parálisis, a la atomización, a cierto apartheid, a verse el propio ombligo y a adorar al gurú. Los falsos profetas de la Nueva Era, de la Iglesia institucional o de cualquier otro espacio social son quienes parcializan la realidad en nombre de lo holístico. ¿Acaso una mística holística no integra la dimensión social, material, política y económica? ¿Que diría Jesús del sistema patriarcal, que diría Krishna del la injusticia social, que diría Buda de la represión política, que dice la Kabalah de la violencia familiar, que dice Ramtha del abuso sexual, o las runas sobre el cambio climático, y los neochamanes sobre la discriminación racial?

La seriedad de esta espiritualidad de la Nueva Era consiste, como diría Ken Wilber, en una conciencia sin fronteras, sólo que las fronteras sociales y políticas se desdibujan en una visión endulzada de la realidad, y solo asumiendo una visión crítica y politizada es posible integrar una mística de ojos abiertos que supere los límites mistificadores de ciertas espiritualidades adormecedoras, atomistas e ideologizadoras.

*Psicólogo social, psicoterapeuta corporal, víctimólogo y psicotraumatólogo. Director de Curar el Trauma y de AlterSoma. Escuela Libre de Psicoterapia Corporal. https://twitter.com/curareltrauma



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