jueves, 14 de enero de 2010

La psicoterapia corporal y la curación chamánica




Psicoterapia corporal y curación chamánica
Por Miguel Angel Pichardo Reyes

En memoria de “el ronco” Robles, misionero jesuita en la Tarahumara.

Un misionero psicoterapeuta

Entre el 2006 y el 2007 pase aproximadamente un año como misionero en la Sierra Tarahumara, esto lo viví como parte de una experiencia de prenoviciado antes de ingresar como novicio jesuita. Durante este tiempo pude acercarme a la cultura y a la vida del Pueblo Rarámuri, nación indígena que habita en Chihuahua, y que se ha caracterizado por ser un pueblo fiel a sus tradiciones y por haber resistido a la invasión y dominio de los españoles. Yo viví en una comunidad que se llama Samachiki, y desde ahí realizábamos un recorrido de aproximadamente medio día hasta la comunidad de “los gavilanes”, que siguen siendo una de las comunidades más aisladas y con menos contacto con los “chabochis” (los blancos mestizos). Nuestra labor no fue imponer la fe o cambiar sus costumbres, muy al contrario, nuestra misión era conocer su lengua y su cultura, y colaborar a que preservaran y valoraran sus ritos, tradiciones, fiestas y creencias.

La curación ecosistémica del chamanismo rarámuri

En la gavilana contábamos con una familia rarámuri que nos acogía, y poco a poco pudimos darnos cuenta de que el padre y la madre de esa familia eran “Owirúames”, esto es, chamanes curadores. El contacto tan cercano que tuvimos con esta familia me ayudo no solamente a enriquecer mis conocimientos y ampliar mi perspectiva, sino que me ayudo a replantear los fundamentos de mi estilo de vida. Un aspecto de las vivencias y experiencias que pude compartir con esta comunidad rarámuri, fue la de comprender la visión que tienen sobre la salud. Mientras para nosotros los mestizos occidentales la salud tiene que ver con una cuestión orgánica e intrapsíquica, para los rarámuris tiene que ver con una especie de desequilibrio de orden cósmico, esto es, la enfermedad se da como consecuencia de un agravio a la comunidad, a “Onoruame” (Papá Dios), a la naturaleza, a los antepasados. La forma de realizar una “curación” se lleva a cabo de un ritual comunitario presidido por el owirúame (chamán), quienes volvían a integrar a la persona en su comunidad y reconciliaban a toda la comunidad con Dios, con la naturaleza y los antepasados, compartiendo la comida, rezando, bailando, bebiendo “teswino” (bebida ritual de maíz fermentado), riendo, entre otras cosas.

Esta aproximación chamánica a la salud resulta muy esclarecedora para occidente, puesto que para ellos la enfermedad es un desequilibrio biopsicosocial y espiritual del mundo de vida, y esto requiere de una labor ritual y comunitaria que busca reconciliar el vínculo roto o dañado por el agravio que provoco la enfermedad. Al enfermo no se le cura extrayéndolo de su comunidad (hospitalización), sino re-integrándolo a su comunidad (sanación vincular). Digamos que los rarámuris tienen una visión ecosistémica de la terapéutica.

Integración chamánica al campo psicosomático

De estas experiencias con simplicidad y profundidad de la cultura rarámuri, es posible extraer aprendizajes psicoterapéuticos, puesto que esta visión ecosistémica de la curación amplia la perspectiva occidental centrada en lo orgánico, la disfunción y lo individual. Muchas perspectivas psicoterapéuticas se encuentran aprendiendo e integrando la sabiduría indígena al campo de la curación psicosomática.

En mi experiencia clínica como psicoterapeuta corporal integrativo, he podido percatarme de la eficacia simbólica que tiene la utilización del ritual, la danza, la percusión, la postura, el movimiento y la voz, en el desbloqueo fisiológico de la energía, en la liberación de la carga afectiva y en la reintegración de la personalidad, especialmente con la habilitación de la capacidad de gozar somáticamente aquí y ahora.

El proceso corporal que se realiza en psicoterapia corporal es potenciado por la experiencia chamánica de curación, puesto que introduce un ámbito simbólico y gestual que da sentido y afectividad a una labor que de repente puede resultar aséptica o simplemente mecánica. Mi propia experiencia con el baile del “pascol” y de los “matachines” en la Tarahumara, o de la capoeira angola traída de Brasil, sirve como técnica psicosomática con efectos terapéuticos asociados a diferentes capacidades y dimensiones humanas. De igual forma los rituales, el incienso, la percusión, los rezos, el ambiente afectivo, los gestos, los cantos, etc, son facilitadores terapéuticos en el proceso de liberación, resolución, integración y transformación psicosomática de la neurosis.




No hay comentarios:

Publicar un comentario