martes, 11 de mayo de 2010

La escucha clínica del cuerpo



La escucha clínica del cuerpo
Por Miguel Angel Pichardo Reyes

El registro simbólico de la corporalidad

En psicoterapia corporal no observamos el cuerpo, ya que no trabajamos sobre el cuerpo físico como tal, sino que trabajamos sobre el registro simbólico de la corporalidad, por eso realizamos una “escucha clínica”. Aunque en apariencia trabajamos sobre el cuerpo, esto no es correcto, puesto que no somos fisioterapeutas. El registro simbólico de la corporalidad es el campo de intervención, análisis y escucha de un psicoterapeuta corporal. Por supuesto que utilizamos procedimientos físicos, pero nos interesa sobre todo la significación que tiene este tipo de procedimientos en la subjetividad deseante del paciente. Nuestra labor podría describirse como un trabajo de escucha clínica de esa corporalidad deseante que habla a través de la palabra, el gesto, la postura, el reflejo, el movimiento y la respiración.

A la escucha del cuerpo-mente

Distinto del paradigma epistemológico médico, que se fundamenta en la observación, la psicoterapia corporal comparte mucho del paradigma psicoanalítico de la escucha de la palabra. Para entender esto último tenemos que entender que la palabra no se reduce al aspecto acústico, propiamente vocal, sino que la palabra nos remite a una estructura de lenguaje que abarca lo no verbal. El gesto, la respiración, la constitución corporal, las pautas de movimiento, son también palabra, son una estructura gramatical donde se encuentra contenido un significado, un sentido que hay que saber descifrar. Es a este desciframiento de la estructura del lenguaje corporal a lo que le denominamos como “análisis corporal”. La evidencia física no es suficiente para realizar el desciframiento, será necesario “interpretar” el cuerpo a partir de un marco teórico que nos proporcione criterios para aventurar hipótesis de diagnóstico y análisis.

Hermenéutica caracterológica del cuerpo

La hermenéutica y análisis de la corporalidad se realiza a través de un principio reicheano fundamental; la identidad funcional del cuerpo y el carácter. La hermenéutica y análisis de la corporalidad es una hermenéutica y análisis del carácter. De esta forma, cuerpo y carácter siempre van unidos en la clínica y terapéutica psicocorporal. Por eso es necesario que el terapeuta psicocorporal cuente con conocimientos teóricos, clínicos y metodológicos sobre las estructuras clínicas de carácter, teniendo en cuenta la psicogénesis, las etapas de desarrollo, las heridas infantiles, los imagos parentales, la economía pulsional, la estratigrafía caracterológica, la formación de la coraza caracterial, las defensas, las demandas, los trastornos de personalidad, el lugar del sujeto con respecto al objeto a, el goce y el Otro.

Estructuras clínicas del carácter

El analista psicocorporal se hará experto en realizar perfiles caracterológicos a través de lo que llamamos la “cartografía corporal del carácter”. Partiendo de las observaciones y tipificaciones de Freud, Reich, Lowen, Painter, Keleman y Naranjo, he logrado realizar una síntesis para tipificar las estructuras clínicas del carácter:

Identificar rasgos de carácter, estructuras clínicas y las variantes de la personalidad, es una de las primeras labores interpretativas que se derivan de la “escucha clínica del cuerpo”. A esta labor se añade la descripción morfológica, la constitución corporal y la interpretación de los conflictos en el cuerpo-mente.

Contra las psicoterapias light

El analista psicocorporal, más allá de las versiones simplistas con que se ha presentado a la psicoterapia corporal, no se centrará primeramente en la técnica, ya que esta puede ser una falsa salida de angustia frente a la dificultad teórica y clínica de realizar un diagnóstico serio. No es de extrañar que ciertos psicoterapeutas corporales, únicamente formados en técnicas de abreacción espectaculares, cedan a un activismo con el paciente que consiste en generar reacciones histéricas de expresión de ira, llanto o tristeza. Nada más lejano de un trabajo serio de diagnóstico clínico y del diseño de un programa de tratamiento adecuado a ese diagnóstico. Será precisamente la escucha, esa escucha tan recriminada y criticada que muchas veces se hace desde el desconocimiento y la ignorancia hacia el psicoanálisis, la que necesitara el analista psicocorporal.

A veces los extremos se juntan, por un lado el exceso de teoricismo abstracto del psicoanálisis, y por el otro, el exceso de intuición práctica del psicocorporalista, son dos vertientes que hay que rechazar desde una auténtica praxis terapéutica. Aquí cito a Kurt Lewin, “no hay mejor práctica que una buena teoría”.


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